Monday, March 30, 2009

3 Obstaculos y los 4 Demonios

La práctica de entonar daimku existe para revelar ¨la verdad mística que existe en todos los seres vivos en forma inherente y primigenia¨, y para lograr la budeidad en esta existencia. Es una práctica incomparablemente ¨prodigiosa¨, por cuanto representa el medio para que todos los seres vivos tengamos acceso a la iluminación.

La fe que se practica en la Soka Gakkai implica una lucha activa para manifestar la ley mística en la propia vida. También produce el claro beneficio de pruebas concretas y reales.

El propósito de la fe es desplegar libremente nuestro máximo potencial y resplandecer cada uno fiel a la naturaleza que le es propia. Por eso es importante estar siempre desafiándonos y avanzando, y sentir: ¨me esforcé en mi práctica diaria¨, ¨haré que mi fe sea cada vez más profunda!¨, ¨daré lo mejor de mi como integrante de la Soka Gakkai¨.

La ignorancia profundiza y exacerba las cinco inclinaciones ilusorias propias del ser humano: Ira, codicia, estupidez, arrogancia, y duda. Eso ocurre cuando uno sucumbe a la creencia de que la LEY está fuera de si mismo.

¨La advertencia del daishonin que nos pide: ¨si piensa que la ley está fuera de usted mismo, no está abrazando la ley mística, sino una enseñanza inferior¨. Buscar la Ley Mística en algún lugar externo o separado de nosotros equivale, de manera profunda, a evadir, la responsabilidad de nuestra propia vida.

Practicar el budismo del Daishonin significa, no dejarnos arrastrar por las ideas cambiantes, no ser influenciables, construir una identidad sólida y resuelta, alta como el monte Fuji. Pero si descuidamos este esfuerzo y depositamos nuestra expectativa en otro lado, antes de que nos demos cuenta terminaremos adoptando creencias que nos harán buscar la ley afuera.

Por ejemplo, si hacemos dmk pero siempre culpamos a otras personas o a nuestro medio ambiente de lo que nos toca vivir, estamos eludiendo el desafío de enfrentar nuestra propia ignorancia u oscuridad. De este modo, estamos buscando la iluminación fuera de nosotros mismos. Uno comienza a mejorar su situación y a ver cambios cuando se desafía a si mismo en un nivel más profundo. La oración es la fuerza motriz de este cambio.

Desde el punto de vista del budismo de Nichiren, cada uno de nosotros podemos lograr un estado de vida tan basto como el océano, capaz de experimentar una verdadera dicha aún en las circunstancias más dolorosas. Lo que nos permite tener esta convicción no es precisamente el tiempo que nos pasamos ¨pensando¨ en cómo resolver tal o cual situación sino la convicción que manifestamos para concretarlo.

Daisaku Ikeda afirma: ¨Si uno usa el cerebro para desarrollar una fe realmente poderosa y contribuir a la causa del Kosen Rufu no podrá evitar ser cada vez más inteligente. No podrá evitar adquirir sabiduría. Y así, uno naturalmente se moverá en la mejor dirección, con el mejor ritmo. La vida concuerda, entonces, con la verdad más profunda (la ley mística), y uno es sabio según su modo peculiar de ser. La vida impregnada de sabiduría es prueba de la validez de nuestra fe. El Señor Makiguchi solía decir que el poder de la fe actuaba como un ¨remedio para curar la estupidez¨ ¨

Como nuestra práctica de la fe apunta a lograr la budeidad en esta existencia, es absolutamente esencial que, cuando hagamos dmk, tengamos una actitud mental sólidamente enfocada. Es como disparar una flecha: Si uno no tiene un blanco trazado con claridad, tampoco tendrá fuerza para tensar el arco con energía y determinación. Del mismo modo las oraciones sólo pueden concretarse cuando uno convierte sus deseos difusos en determinaciones concretas y hace el dmk con la convicción de que, sin falta, logrará lo que se propone.

La queja y los reproches son las principales puertas por donde se filtran la duda generalizada y la incredulidad. Pero muchas veces, aún sabiendo que este proceder es erróneo, uno se encuentra haciéndolo igual. Cuando las quejas y los reproches se vuelven costumbre, actúan como un freno constante a nuestro crecimiento y nos llevan a poner en 2do plano nuestra auto superación y nuestro avance personal. Cuando eso ocurre, es como si pusiéremos una tapa que bloquea nuestro potencial; en tal caso, terminamos cayendo en el camino de buscar la Ley fuera de nosotros. Es cierto, que cuesta mucho esfuerzo dejar de quejarnos y de lanzar reproches pero la Ley Mística nos proporciona la sabiduría para controlar estas tendencias y usarlas como trampolín para llegar a un crecimiento y un desarrollo positivos.

A la vez, estemos muy atentos a otro peligro, y es el de hablar mal de los compañeros de fe. Cuando uno calumnia a otros o se entrega al resentimiento y a la envidia lo que hace es Virar hacia la negación de su naturaleza de buda. No poder creer en la BUDEIDAD de los demás – Así como no creer en la budeidad de uno mismo – nos lleva a desviarnos de rumbo y a buscar la ley externamente. Nuestra naturaleza de Buda es lo que, de manera esencial, nos impulsa a buscar la felicidad nuestra y ajena. No creer en la naturaleza de BUDA es negar el espíritu del Sutra del Loto, que enseña que todas las personas poseen el potencial de la budeidad.

LOS 3 OBSTACULOS: sansho shima (san=tres, sho=Obstáculos – Shi=cuatro, ma= demonios.

Nichiren Daishonin dijo: “En el momento en que resuelva liberarse de los sufrimientos del nacimiento y de la muerte y alcance la Budeidad, encontrará los 3 obstáculos y 4 demonios. Esto es tan seguro como que la sombra sigue al cuerpo y los nubarrones acompañan a la lluvia”.
Si adoptamos la perspectiva del Daishonin sobre las dificultades de la vida, cualquier cosa que parezca frenar nuestra práctica budista y nuestra vida en general se transformará en una oportunidad para demostrar nuestro supremo potencial. Veamos:
Los obstáculos representan dificultades que interrumpen los caminos, espirituales y materiales, pero, pueden ser superados con esfuerzo, voluntad y sobre todo a través de la práctica budista. Y, ya que aprender a superar obstáculos nos hace más fuertes, estos últimos se vuelven una oportunidad de mejoramiento.
Los demonios por otra parte, bloquean totalmente la vida y el crecimiento y hacen retroceder. Sobre todo ponen en peligro nuestra fe. Por eso vienen también definidos como “ladrones de la vida”. Representan algo que puede bloquear y “robar” las mejores potencialidades. ¿Cómo podemos, entonces, distinguir entre obstáculo y demonio? En realidad, somos nosotros los que decidimos sí aquel problema, aquella dificultad o aquel deseo habrá que entenderlo en un sentido o en el otro. Son la determinación, la conciencia y la práctica budista las que determinan la calidad del “adversario”, permitiéndonos transformarlo y utilizarlo positivamente. “La falta de conciencia y la pereza transforman cada obstáculo en una pared insuperable, dando pie a que el demonio controle la vida y bloquee el desarrollo y la reforma” (D. Ikeda)

Los tres obstáculos son:
Bonno-sho: Obstáculos originados en los deseos mundanos que se presentan debido a
los tres venenos: Ira, Avaria y estupidez. Estos venenos son males
Fundamentales, inherentes a la vida que originan el sufrimiento humano.
Tienen correlación respectivamente con los tres malos caminos, es decir, los
estados de Infierno, hambre y animalidad. Algunos abandonan la práctica
budista debido a que anteponen el logro de sus deseos inmediatos al
budismo. Es decir, están más interesados con la ganancia a corto plazo que el
desarrollo y el beneficio verdaderamente recompensante que es posible
alcanzar perseverando con la práctica budista. Otros renuncian a su fe debido
al emocionalismo, algunos encuentran razones para resentirse con otro
practicante y abandonar su fe para evitarlo o por rencor hacia esa persona.




Go-sho : Obstáculos debido al karma generados por cometer las cinco faltas graves.
Go-sho, también significa oposición de la familia.
Cinco Faltas Graves o Cardinales: Las cinco ofensas más graves del Budismo. Las explicaciones difieren, según distintos sutras y tratados. La versión más conocida es: 1) matar al propio padre; 2) matar a la propia madre; 3) matar a un budista; 4) calumniar a un buda y 5) crear desunión entre los creyentes. Se dice que aquellos que cometen cualquiera de las cinco faltas cardinales caen, indefectiblemente, en el infierno de sufrimiento incesante. (Argentina Seikyo Nº 911 - 20/11/1999)
El obstáculo del karma se refiere a nuestra orientación karmica fundamental
que nos desvía del correcto camino del budismo. También son obstáculos que
presentan la esposa o los hijos. Algunos pueden abandonar su práctica
simplemente por satisfacer a los miembros de su familia o personas amadas
que pueden temer o resentirse con la práctica budista.


Ho-sho : Obstáculos debido a la dolorosa retribución causada por las acciones
cometidas en los 3 malos caminos( infierno, hambre y animalidad).Ho-sho
también se refiere a los obstáculos causados por los superiores
(gobernantes, padres, etc.).

Una persona enfrenta sufrimientos como prueba del avance en su práctica y su mayor comprensión del Budismo. Por lo tanto, los Tres obstáculos y cuatro demonios (Sansho Shima) aparecerán sin falta. En este sentido, los obstáculos que confrontan las personas dedicadas a la práctica budista sirven para confirmar que están transitando el camino para la Iluminación
LOS CUATRO DEMONIOS
Son una referencia a las diversas funciones negativas de la vida y el universo (no a seres demoníacos reales) Estas funciones atormentan el cuerpo y la mente de un practicante budista. Los demonios en el budismo pueden ser considerados como metáforas para las funciones destructivas de la vida de los practicantes budistas en particular y de la gente en general.
bonno-ma: impedimentos que surgen de los deseos mundanos, debido a los tres venenos;
on-ma: impedimento de los cinco componentes: forma, percepción, conceptualización, volición y conciencia. El cuerpo y la mente humanos se manifiestan mediante la combinación temporaria de estos cinco componentes, y estos causan muchas clases de sufrimientos;
shi-ma: impedimento de la muerte, que nos hace abandonar la práctica del Budismo, o la muerte intempestiva de un creyente, que provoca dudas en otros;

tenji-ma: impedimento de la función llamada "Demonio del Sexto Cielo" .
El “Demonio del Sexto cielo” que surge como función de la oscuridad fundamental para mantenernos en la ignorancia sobre nuestra naturaleza de Buda, obstruyendo nuestra iluminación.

…Si Ud. propaga, los demonios surgirán sin fallar. De no ser por ellos, no habría forma de saber que ésta es la verdadera enseñanza


Pero quien es el Rey demonio del sexto cielo?
“Rey de los demonios que mora en el más alto de los seis cielos del mundo de los deseos.
También llamado Takejizaiten, Rey que usa, licenciosamente, los frutos de los esfuerzos de los demás para su propio placer.
Asistido por innumerables secuaces, trabaja para obstaculizar la práctica budista y se deleita minando la fuerza vital de los demás seres. Su meta es quitar la fuerza vital de los demás
“Este “rey demonio” – nuestro engaño fundamental innato funciona insidiosamente para erosionar nuestra fe y confianza, al surgir para contrariarnos, justo cuando estamos por alcanzar un avance sustancial en cuanto a cambiar nuestro destino, o cuando el movimiento por kosen-rufu esta presto a avanzar. Conscientes de esta dura realidad podemos escapar del caos causado por esta influencia malvada.
El Daishonin continúa, "Cuando él se encuentra con alguien con un espíritu de búsqueda, trata de obstaculizarlo." Cuando avanzamos en nuestra práctica budista, el Demonio del Sexto Cielo se manifiesta en diferentes formas para tratar de obstaculizar nuestro progreso.
Algunas veces esta naturaleza perversa aparece en nuestros cónyuges e hijos, utilizando nuestro afecto por ellos como medio de forzarnos a retroceder en la fe. En otras ocasiones, este rey demonio se manifiesta en nuestros padres, patronos o cualquier otra figura de autoridad con el fín de oponerse poderosamente a nuestra práctica,.
El Daishonin nos previene especialmente del Demonio del Sexto Cielo que se manifiesta en la forma de autoridad religiosa, tales como sacerdotes o eruditos budistas. Eminentes sacerdotes, perversos, codiciosos y arrogantes, que permiten al Demonio del Sexto Cielo dominar sus vidas, advierte el Daishonin. Ellos hábilmente engañan a aquellos que creen en el Gohonzon, conduciéndolos gradualmente a lo que en la superficie parece ser muy similar pero que en el fondo es fundamentalmente diferente.”



Las fuerzas negativa constantemente tratan de entrar en nuestras vidas y distorsionar nuestros conceptos a través de la envidia, la ira y la estupidez con la finalidad de que perdamos de vista el camino correcto de la fe.

EL DESEO

El Deseo no por casualidad es el primero de los “ejércitos del Demonio del sexto cielo”, o sea, la primera entre las funciones de la “oscuridad fundamental”. Y, es evidente, el “peligro” potencial que representan. El deseo no solo es clasificado como una función (“el primer ejercito”) del Demonio del sexto cielo, si no también es definido como bonno-ma (japon. Bonno: ilusión, ma: demonio) uno de los cuatro Demonios del que habla Nichiren.
El deseo es un adversario traicionero, difícil de reconocer y utilizar. Al mismo tiempo representa una gran oportunidad de crecimiento. En “Los deseos mundanos son iluminación (bonno soku bodai)”, Nichiren sostiene que: Esta es la enseñanza más importante. Es la enseñanza de que “los deseos mundanos son (=soku) iluminación” y “los sufrimientos de nacer y morir son (=bodai) nirvana”. Si se entona Nam miojo rengue kio, también durante la relación sexual entre un hombre y una mujer, los deseos mundanos se transforman en iluminación y los sufrimientos de nacer y morir en nirvana.
El deseo, si es utilizado correctamente, representa entonces un potente motor para el crecimiento personal. Otra vez Nichiren, en el Ongi kuden (enseñanzas orales trasmitidas por Nichiren) , enseña que aquellos que entonan Nam miojo rengue kio queman la leña de los deseos mundanos para reavivar la llama de la sabiduría iluminada frente a sus ojos. Pero para utilizarla primero hay que conocerla. O sea hay que conocerse a sí mismo. Desde un cierto punto de vista, de hecho, cada uno “es” lo que quiere ser. La calidad del desear, la trama de los sueños, la fuerza y la grandeza de las aspiraciones determinan las características de una vida.
¿Pero, qué es el deseo? Con este término se puede calificar un sentimiento de búsqueda o espera tanto por la posesión de cosas materiales, como por el cumplimiento de lo que se ha entendido apto a nuestros propios gustos o exigencias. El deseo se define también como la necesidad de algo o alguien, como también la avidez hacia algo o alguien.
La función negativa se revela en el momento en que nos volvemos esclavos del deseo. Cuando, en pocas palabras, quedamos encadenados a los apegos. Desde este punto de vista las personas permanecen “envueltas” por el objeto de sus propios deseos, que puede llegar a volverse, de alguna manera, un objeto de culto.
Por otra parte existe también una función positiva del deseo, representada por la energía desarrollada por la expectativa. La búsqueda de la satisfacción de las necesidades propias y de la realización de los deseos que de ésa derivan, ha permitido grandes progresos a la humanidad en el curso de los siglos. Estando relacionados a las necesidades humanas, los deseos no pueden ser eliminados, ya que de alguna manera vendría anulada también la calidad humana
El Buda Sakyamuni nos invita a liberarnos de los apegos en cuanto ellos se vuelven cadenas que aprisionan el corazón. Sin embargo no debe ser un acto de represión, sino más bien un proceso dinámico de transformación
Daisaku Ikeda por otra parte aclara que “renunciar” hay que entenderlo como “erradicar”, o sea “iluminarse en relación”: para lograr la iluminación utilizando los propios apegos, no se deben erradicar los deseos, si no más bien observarlos con claridad, ya que la practica budista nos permite comprender la verdadera naturaleza de nuestros apegos, y utilizarlos como fuerza motriz para lograr la felicidad. (...)

LA TRISTEZA
Cada persona, tiene su propia y personal manera de sufrir: hay quién sufre con rabia y quien con pereza, quien se aferra tenazmente a su dolor y quien lo “olvida”, quien lo consume en pequeños mordiscos y quien en cambio, lo devora en pocos, infinitos instantes; y también hay quien logra encontrar en el sufrimiento un empuje capaz de transformar la inercia del dolor en una fuerza constructiva.
Cuando la tristeza llena cada pensamiento y cubre todo lo que nos rodea, con la capa negra de pesimismo; alargando las horas en una infinita serie de dolorosos minutos, quitándonos la posibilidad de ver una salida y haciéndonos sordos a la voluntad de cambiar, entonces estamos experimentando una tristeza que podríamos llamar “absoluta”; que, tal como la felicidad absoluta, nace dentro de nosotros y se irradia después hacia el ambiente
El demonio de la tristeza es definido, como los otros nueve “ejércitos”, un “demonio interno”, o sea, una función presente dentro de la vida humana, y por eso es dentro de la vida humana que podrá ser combatido. No se trata de huir de la causa, removiendo la razón de nuestro sufrimiento, y menos aún de tratar de actuar sobre las circunstancias externas a nosotros, que son culpables de nuestra tristeza tanto como lo sería un vehículo que nos atropelle cruzando con una luz roja.

HAMBRE Y SED
La historia del mundo es la historia del hambre. Que seguramente ha estimulado la civilización, ha sido la razón histórica de género humano
Como dijo Nichiren, ningún tesoro poseído por el ser humano es más precioso del alimento y de las bebidas.... Porque sirven parta proteger la dignidad de la vida. Es que muy a menudo ya no parece aquella amiga que fastidiaba amablemente el ichinen para recordarnos de estar vivos.
Es diferente. Probablemente porque nace de una incomodidad interna, de una infelicidad que nos ilusionamos de poder aplacar con alimento. O porque busca imprevistamente aquel mínimo de sobrevivencia a la cual la miseria da el sabor de lujo. Cuando desborda mas allá de las propias necesidades, entonces. O si reside en un cuerpo reducido a existir en treinta kilos de carne. Y es la sola emoción, la más desesperada, obsesiva.. Y si se adueña de todo subyuga cada uno de los sentidos, impone una animalidad primordial, hasta llegar al carácter monotemático de las formas de vidas más elementales.
Y entonces se tiene más hambre. Se es hambre. La “peor de las enfermedades” como se lee en las antiguas escrituras.

APEGO AL PLACER
¿Solamente mío o para mí y para los demás? El egoísmo del placer es probablemente el enemigo más mezquino, justo porque aparentemente no nos hace sufrir. Trata de mantener eternamente situaciones fugaces, transforma en obsesión el cuidado hacia uno mismo, el deseo sexual o la búsqueda de riquezas. Sin embargo ampliando la perspectiva, pensando por ejemplo en el sexo como amor hacia otra persona, se puede disfrutar y alegrarse de algo que contrariamente quedaría solo en un vulgar apego.
Su meta es debilitar la condición de vida El trata de desviar nuestra dirección. Nos muestra caminitos, veredas imprevistas. Quiere entorpecer nuestra oración, evitar que vayamos hacia adelante. Quiere pararnos. No tiene el aspecto rabioso y acalorado de la ira, ni la expresión decaída de la tristeza, ni tampoco la voz elevada del poder. Así sería demasiado fácil reconocerlo. El tiene un bello aspecto. Además posee una de las técnicas más ambiguas para debilitar la condición de vida. Se disfraza con los objetos que más nos gustan. Con lo que parece sinónimo de libertad..El es el gran tramposo, es el apego al placer.
¿Pero cómo darnos cuenta, si mientras existe parece tan satisfactorio?
Se trata de probar salir de aquel círculo vicioso que termina por alimentar sólo a uno mismo.
Es el egoísmo el punto torcido
El budismo dice que el control del yo se ejercita siendo siempre íntegros en cualquier cosa que se lleve a cabo. Estar presentes al cien por ciento. Sobre todo mientras entonamos. La actitud frente al Gojonzon durante la entonación del Daimoku y del Gongyo es determinante.
Se pueden hacer horas y horas de Daimoku estando en otros sitios, allí con el cuerpo y la voz, mientras que la cabeza visualiza la decoración de la nueva casa, la disposición de los muebles, o recuerda un saludo de amor, recuerda la cara, los gestos y las palabras. Se ora por la mitad. En cambio el secreto está en: estar totalmente dedicados a lo que se está haciendo. Íntegros, mientras se entona, pero también en el placer. Íntegros, en aquella caricia o en aquel juego, lo que significa no ver únicamente lo de uno, no olvidar la relación entre lo que estamos haciendo y la vida.
El placer no es un demonio de por sí. El sexo, por ejemplo, es la manera más bella para expresar el amor hacia una persona, es la manera de lograr el nacimiento de otros seres humanos. El cuidado del propio cuerpo es un medio para decirnos que nos queremos, es una manera de reconocer que nosotros somos el castillo de la novena conciencia. También ganar dinero puede ser importante si es empleado para hacer algo bueno (si para lograr el kosen-rufu no se necesitara dinero no me preocuparía - solía decir Josei Toda).
Todo depende del uso que se le da.
Se trata de probar salir de aquel círculo vicioso que termina por alimentar sólo a uno mismo.

EL MIEDO
Es verdad – como afirma Vera Slepoj en Entender los sentimientos – que el miedo tiene una función determinante para la sobrevivencia humana: cuando aparece, de hecho, produce una serie de modificaciones corporales que predisponen a la huida o a la agresión. Como la taquicardia, la producción de adrenalina y el aumento de la presión arterial.
Las reacciones de los seres humanos, entonces son las mismas de todos los demás animales, sin embargo, nuestra capacidad de asustarnos es mucho mayor que la de ellos. De hecho - dice también Slepoj – a diferencia de los animales, que reaccionan al peligro inmediato y real, el hombre tiene miedo hasta del recuerdo o de la anticipación o de la imaginación de una situación peligrosa.
Es suficiente con buscar en el diccionario: encontraremos una cantidad increíble de palabras que terminan por “fobia” (del griego phobos: temor). A parte de las fobias más conocidas por ser las más difundidas, como la agorafobia (miedo a los espacios abiertos), la claustrofobia (miedo a los espacios cerrados), el miedo a la muerte, al sucio, a las contaminaciones, al avión – hay otras que son verdaderamente “originales”.
Pero, cuántos de los miedos que aprisiona la humanidad de hoy, no podrían ser juzgados igualmente ridículos e inconsistentes? Sin embargo todos nosotros, quien más y quien menos, somos víctimas de los mismos. Veamos de que manera.
El miedo al silencio va a la par con otro gran miedo de nuestros tiempos: el de la soledad. Se tiene miedo de estar únicamente en compañía de uno mismo, y entonces se trata de quedar lo más posible entre los demás, se sale de shopping para los centros comerciales, nos agrupamos en las discotecas, se viaja únicamente en viajes organizados. Hasta quedarse en la cola del tráfico, nos hace sentir menos solos...
Miedo al silencio, miedo a la soledad: miedo a pensar. Miedo al silencio en nuestra propia cabeza y a pararse para escuchar los propios pensamientos. Miedo de mirarse en el espejo y decirle, a la imagen ahí reflejada: Estoy aquí. Soy yo. ¿Pero...quién soy YO?

Miedo a mirarse adentro, mirarse de verdad hasta el fondo, y darse cuenta de que no todo lo que vemos nos gusta. La otra cara del miedo a mirarnos adentro es el miedo a mostrarnos a los demás por lo que verdaderamente somos, y ahí entonces la necesidad de utilizar máscaras.
Después está aquel miedo del cual nadie puede jactarse de no tener: el miedo a la muerte. Siempre ha existido, desde la aparición del primer ser humano sobre la tierra, sin embargo hoy este temor es aún más profundo
El elenco de los temores del hombre del 2.000 podría continuar al infinito. Pero detengámonos aquí, y miremos más bien cuáles instrumentos ofrece el Budismo de Nichiren Daishonin para combatir y vencer este gran enemigo.
Comprender profundamente el concepto del Karma nos ofrece una primera y potente arma para enfrentarlo. Al comienzo es desconcertante pensar de que todo, en la vida, depende exclusivamente de nosotros: puede parecer mucho más confortante creer que nuestra felicidad o infelicidad dependa de las personas que nos rodean, de un Dios, de un destino ya marcado en el cual no podemos cambiar ni una coma, porque de esta manera nos descargamos de cualquier responsabilidad. Por lo contrario asumir que suerte y mala suerte, sufrimiento y felicidad, todo aquello que nos ocurre no es más que el efecto de causas positivas o negativas que hemos puesto en el pasado, en un primer momento nos asusta aún más: nos damos cuenta que estamos solos, completamente solos y únicos responsables de nuestra existencia. Ya no podemos culpar a nada y ni a nadie, no podemos aferrarnos mas a ningún motivo, ni llorar sobre ningún hombro, menos todavía confiar en la clemencia de ninguna entidad superior.
Sin embargo, en la medida en que nos entrenamos para vivir según la estricta ley de causa y efecto, esta gran soledad de nosotros mismos frente a nosotros mismos se transforma en una gran libertad. Es verdad, el pasado está todo grabado en la octava conciencia, no nos lo podemos sacudir de encima y continuamos recibiendo los efectos día tras día, instante tras instante. Sin embargo todavía depende de nosotros y solamente de nosotros el quedar esclavos de estos efectos para siempre, vivirlos con una fatalidad ineludible, o si así queremos tomar en nuestras manos la vida, nos volvernos realmente artífices de nuestro destino.
Es posible hacerlo. Porque el karma no es sólo el pasado y los efectos que continuamos sufriendo: el karma es también – y sobretodo, en su concepción Budista – la acción que estamos cumpliendo ahora y aquella que hemos decidido cumplir y cumpliremos mañana.
En el Gojonzon esta inscrito también: “Para el presente y para el futuro” – recordaba Daisaku Ikeda en Los Angeles en el 1990 – para esto sirve la fe, para esto sirve la Ley budista. Cuando veneramos el Gojonzon, la vida eterna del tiempo sin comienzo emerge desde adentro de nosotros.

Para aquel que cree en el Gojonzon, cada día, cada instante empieza desde el tiempo sin comienzo. Nos estamos siempre moviendo, llenos de esperanza, desde hoy hacia el futuro, desde este instante hacia la felicidad eterna. Somos siempre jóvenes, siempre a punto de empezar.
Después de infinitos años pensando en nuestros aspectos negativos (defectos, debilidades, miserias), pensando: Así soy y no puedo cambiar, no cambiaré jamás, a la luz de la practica budista comenzamos a ver nuestras tendencias negativas debilitándose cada vez más, siempre más controlables, menos desastrosas. Nos damos cuenta de que dentro de nosotros esta ocurriendo una transformación. La prueba concreta quita el miedo, que lleva a la inamovilidad y a la resignación, y da esperanza y confianza.
Al fin, tiene razón De Mello cuando dice: No existe mal en el mundo que no pueda ser atribuido al miedo. Ni siquiera uno. Ignorancia y miedo, ignorancia causada por el temor: es desde aquí que proviene cada mal, es de aquí que proviene la violencia.
Ignorancia significa no conocer, no saber, no ver. Tener los ojos vendados, incapaces de verse con objetividad y amor a sí mismo, a los demás, al mundo, a la vida y a la muerte. El Budismo de Nichiren Daishonin es una práctica para quitarse la venda de los ojos, y dejar que la vida fluya con inmensa energía y coraje y se expanda hasta los confines del universo

EL SUEÑO
Porque dormir bien, es tan importante como el comer. Y el sueño hace bien. Envuelve el cuerpo y la mente y con dulzura aplaca la ansiedad y el cansancio. Regenera y nutre. Casi te lleva lejos, en lugares insólitos , en un espacio donde la gravedad ya no te permite sentir el peso de tu propio cuerpo, donde todo es posible y nada jamás tiene la responsabilidad de lo verdadero. Dormir bien es descanso. Un oasis que nos abraza como la caricia de una madre. Tengo sueño, tengo mucho sueño – No se porque, sin embargo estoy muy cansada y solo quiero dormir . Pareciera repetir una vocecita adentro, capaz de hacernos desistir de cualquier decisión
Aquel que bien lo conoce, a este señor, sabe que no es solamente nocturno. Sabe que su velo a veces es como una droga. Que embriaga , que penetra en las articulaciones, las manos, los pensamientos. A menudo es un cansancio que acompaña cada gesto. Distrae. Es una fuerza que atrae como si quisiera llevarme lejos de aquí, de los problemas, de los momentos de dificultad y fatiga.
Con los sueños y las esperanzas defraudadas. Las ilusiones. Los errores. Difícil darse cuenta de que durmiendo se quiere solo huir de si mismos, o de circunstancias que, para ser cambiadas, requieren de un esfuerzo mayor. Aquel de comenzar, determinación profunda, continuar y llevar a cabo los propios proyectos.
He aquí entonces todo el cansancio del universo, pareciera pesar sobre nuestros párpados. He aquí que el, el señor del sueño, estirando casi sus brazos, nos ofrece la salida
mas rápida y sencilla entre todas las huidas: dormir, y substraerse así, por poco tiempo, a la necesidad. Huir de la vida, como si de la vida pudiéramos de verdad huir.
El problema está, cuando este placer no esta tan claro. O no se presenta tal como un placer. Cuando los días, a menudo, los más importantes, requieren sudor y esfuerzos. Cuando nos damos cuenta de nuestras propias tendencias y de la dificultad en cambiarlas, de cambiar pensamientos y acciones. Aprender a ser un poco más. Cuando se necesita perseverar, avanzar no importa lo que pase, aunque nos cueste mucho y la meta nos parezca lejana. Es justamente en estos momentos, los mas críticos, aquellos en los cuales se necesitaría mayor atención, concentración y energía, que la magia de este señor se vuelve el arma de un demonio en contra de nosotros. En contra de la vida. Se transforma en uno de esos engaños listos a obstaculizar la vista y el camino. Un engaño sutil, de sabor dulce, narcótico. El sabor de la libertad. De la rebelión a las reglas del universo, según las cuales cada fruto de la tierra es el resultado de la fatiga con la cual hemos cuidado su aparecer. Dormir asume el aspecto de un libre albedrío que se opone a la necesidad del esfuerzo. El engaño encierra y distrae de la meta: mejor dormir, mejor no pensar, mejor dejar para mañana, pasado mañana, el mes siguiente; el despertar , el instante en cual decidir de verdad y cambiar el propio destino. En un prolongado rechazo a vivir que bloquee cualquier cosa.
Otros componentes
Duda y remordimiento, ira, éxito y ganancia, los ocho vientos: (prosperidad, decadencia, honor, deshonor, alabanza, critica, sufrimiento y placer. No se exaltará en la prosperidad ni se quejará en el declive), Orgullo y desprecio.
Existe una sola manera para desenmascarar un demonio: enfrentándolo. Entonces es posible encontrar en sí mismo la fuerza para transformar la inercia en acción, la autocompasión en autoestima y el egoísmo en altruismo.

Las consecuencias de negar nuestra habilidad innata de superar los obstáculos y ser felices son profundamente graves; porque el dolor y el sufrimiento de buscar inútilmente la felicidad fuera de nosotros, son interminables. El Daishonin clarifica que Nam-myoho-renge-kyo es el bien supremo, que transciende el tiempo y el espacio. Nam-myoho-renge-kyo puede ser descrito como la esencia universal de todas las vidas y la fuente de la iluminación.

La verdadera “clave”, es aquella de entonar Nam Miojo Rengue Kio con la meta de abrirnos al mundo, para salir del duro caparazón construido por nuestro egoísmo. Usando el Daimoku como un pico, para desmoronar el muro que nos rodea y lograr salir afuera, para “percibir” verdaderamente a los demás y hacernos “percibir” por los demás por lo que realmente somos.

La Soka Gakkai Internacional

La Soka Gakkai Internacional

 

La SGI es una organización mundial que promueve la paz el respeto por la vida humana. Cuenta con más de doce millones de miembros en 185 países y territorios del mundo. Su base filosófica son los principios humanísticos del budismo de Nichiren Daishonin.

 

 

Historia

 

En 1975, en respuesta a las necesidades de una creciente membresía internacional, se fundó la Soka Gakkai Internacional (SGI). Hoy en día la SGI es una red mundial de 12 millones de miembros en 185 países y territorios que comparten la misma expectativa para un mundo mejor. Las raíces de su historia como institución se encuentran en el desarrollo de la Soka Gakkai (Sociedad para la Creación de Valor) en Japón.

 

Los setenta años de historia de la Soka Gakkai han implicado enormes desafíos que han derivado en un impresionante crecimiento y desarrollo, construido por sus propios miembros, quienes se han inspirados en el legado espiritual de los presidentes fundadores. La Soka Gakkai nació en 1930 como la Soka Kyoiku Gakkai (Sociedad Educacional para la Creación de Valor), una pequeña agrupación de educadores. Sus fundadores, Tsunesaburo Makiguchi (1871-1944) y su discípulo Josei Toda (1900-1958), se inspiraron en el Budismo de Nichiren y se consagraron a la reforma educativa.

 

En la obra “Sistema Pedagógico para la Creación de Valor”, Makiguchi sentó las bases y principios de la educación Soka, donde enfatizaba el desarrollo de la capacidad para el pensamiento crítico de los educandos por sobre la mera rutina del aprendizaje, así como la motivación interior por encima de la obediencia ciega. Esta era una manera de pensar revolucionaria para el sistema educativo japonés de aquel tiempo.

 

Por otra parte, para el Estado, la educación y la religión eran herramientas para divinizar al Emperador como un dios viviente y movilizar a la nación hacia la guerra. Toda y Makiguchi se reunían con las personas para discutir abiertamente la manipulación de la religión que efectuaba el Estado y advertían sobre la funesta tendencia hacia la guerra. En 1943, el Estado detuvo a algunos miembros de la Soka Gakkai y encarceló a Makiguchi y a Toda, catalogándoles de "delincuentes ideológicos". Makiguchi murió en la cárcel manteniendo firmemente hasta el final sus principios y convicciones.

 

En medio de las cenizas y el caos de la posguerra en el Japón, Toda fue finalmente liberado. Este evento fue el inicio de la reconstrucción de la organización, eliminando la palabra Kyoiku, y recreándola bajo el nombre de Soka Gakkai. Toda amplió la visión de la organización, de una sociedad para el mejoramiento de la educación a una sociedad para el mejoramiento integral de la comunidad. Él promovió la práctica del Budismo como un medio de fácil acceso para que las personas pudieran reconstruir sus vidas y superar los obstáculos, en su búsqueda de la felicidad.

 

Toda falleció en 1958 y Daisaku Ikeda tomó la presidencia de la Soka Gakkai en 1960 cuanto tenía 32 años de edad. Bajo su liderazgo, la organización continuó creciendo y ampliando su enfoque al abrazar las actividades en los campos de la paz, la cultura y la educación. Paralelamente, la membresía fuera de Japón continuó creciendo. La SGI surge con el objeto de atender las necesidades propias de ese crecimiento y de profundizar el compromiso de la Soka Gakkai con el bienestar de toda la humanidad. Actualmente, los miembros de la SGI se esfuerzan por contribuir en sus respectivas sociedades como ciudadanos responsables sobre las bases de una visión orientada a la consecución de un mundo pacífico.

 

 

Makiguchi

 

Tsunesaburo Makiguchi (1871-1944) fue un educador reformista, filósofo y escritor, que fundó la Soka Kyoiku Gakkai (precursora de la Soka Gakkai) en 1930. Su vida se caracterizó por el enfrentamiento con las autoridades represivas. Como maestro, se dio a conocer por su calidez y consideración y pugnó por poner en práctica un enfoque educativo más humanístico y centrado en el educando. El se opuso terminantemente a las prácticas educativas corruptas, por lo que se vio forzado a jubilarse anticipadamente.

 

Posteriormente, fue puesto en prisión por su oposición a las políticas del régimen militarista japonés. Murió en prisión de desnutrición a la edad de 73 años. En años recientes, la atención internacional se ha sentido cada vez más atraída hacia sus teorías humanísticas sobre la educación.

 

 

Sus ideas sobre la educación

 

La preocupación central de Makiguchi, la mayor parte de su vida, fue reformar el sistema educativo el cual, sentía, desalentaba el pensamiento independiente y reprimía la creatividad y la felicidad de los estudiantes. Él creía que la educación, en lugar de servir a los intereses del Estado, debería centrarse en la felicidad de los educandos.

 

Sus ideas sobre la educación, y su teoría de la creación de valor (Soka), la cual era la base de su pedagogía, fueron expuestas en su libro (1930) Soka Kyoikugaku Taikei (La Teoría Pedagógica de la Creación de Valor). Los puntos de vista de Makiguchi, refutaban la lógica del gobierno militarista, que buscaba usar la educación para formar sirvientes obedientes e incondicionales del estado.

 

 

Revolución religiosa

 

En 1928, a la edad de 57 años, Makiguchi se encontró con el budismo de Nichiren, hallando en él una filosofía integral que concordaba con su propia forma de pensar. Dos años después, él y su colega Josei Toda, fundaron la Soka Kyoiku Gakkai (Sociedad Educativa para la Creación de Valor), precursora de la actual Soka Gakkai y de la SGI.

 

La Soka Kyoiku Gakkai fue, en sus orígenes, un grupo reducido de educadores que se dedicaban a la tarea de la reforma educativa pero, paulatinamente, la organización desarrolló una membresía mucho más amplia, y fue enfocándose hacia la propagación del Budismo. Esto se debió a que Toda y Makiguchi se convencían cada vez más de que la filosofía de Nichiren, la cual centraba su atención en la transformación de la sociedad por medio del cambio interior individual, era el medio para lograr la reforma social fundamental que ellos habían intentado a través de sus esfuerzos educativos.

 

 

El encarcelamiento

 

Entre tanto, con objeto de granjearse el apoyo popular para su campaña de guerra, el gobierno japonés utilizó al shinto, con su mitología nacionalista e ideología de la veneración al emperador, para imponerla al pueblo como religión de Estado, al tiempo que crecía su intolerancia hacia la disidencia. Makiguchi se opuso acérrimamente a estas acciones represivas.

 

En 1943, Makiguchi y Toda, junto con otros 19 líderes de la Soka Kyoiku Gakkai, fueron arrestados y puestos en prisión. En 1945, Makiguchi murió de desnutrición en la prisión, rehusándose, hasta el final, a transigir en sus creencias.

 

 

Toda

 

Educador, editor y empresario que, como segundo presidente de la Soka Gakkai, reconstruyó la organización budista laica después de la Segunda Guerra Mundial, haciendo de ésta un movimiento popular lleno de dinamismo.

 

 

El encuentro con su mentor

 

Al llegar a Tokio procedente de la norteña isla de Hokkaido, Josei Toda, quien tenía poco más de veinte años, encontró un empleo como maestro en la escuela en donde Tsunesaburo Makiguchi era el director.

 

Impresionado por las ideas sobre la educación de Makiguchi, pronto estuvo bajo su tutela. En 1928 siguió a Makiguchi en su decisión de practicar el Budismo de Nichiren. Ambos fundaron más tarde la Soka Kyoiku Gakkai, predecesora de la Soka Gakkai.

 

 

La cárcel

 

Cuando Japón entró en la Segunda Guerra Mundial, Toda y Makiguchi fueron arrestados y puestos en prisión por oponerse a las políticas del gobierno militarista. Durante su confinamiento, Toda se consagró al estudio y la práctica del budismo de Nichiren, llegando a dilucidar profundamente sus principios. Sus esfuerzos lo llevaron a una comprensión esclarecida de que la budeidad es un potencial inherente a toda vida y ahondó su convicción en que toda la gente podía manifestar esta condición de vida iluminada a través de la práctica de las enseñanzas de Nichiren.

 

 

 

 

Construyendo la Soka Gakkai

 

Al salir de la prisión cuando finalizó la Segunda Guerra Mundial, Toda comenzó a reconstruir la derrumbada Soka Kyoiku Gakkai, y le cambió el nombre a Soka Gakkai (Sociedad para la Creación de Valor).

 

Toda enseñaba que, a través de la práctica budista y de una transformación motivada en el interior del individuo, o "revolución humana", todas las personas podrían cambiar su destino para bien. Este mensaje tuvo una poderosa resonancia entre mucha gente que sufría de pobreza, enfermedad y otros retos que enfrentaban en el caos de la posguerra en Japón. Más aún, la inquebrantable confianza de Toda en el poder de la filosofía de Nichiren y su habilidad para traducir los profundos conceptos del Budismo en una guía práctica para la vida diaria, reavivaron la esperanza y el valor de la gente.

 

Antes de morir, en 1958, Toda había construido una organización de cerca de un millón de miembros y cimentado las bases para la impresionante propagación del budismo de Nichiren en el extranjero.

 

El legado de paz de Toda es también recordado por su posición intransigente en contra de las armas nucleares, a las que se refirió como absolutamente malignas y dijo también que representaban una amenaza al derecho inalienable de las personas a la vida. Toda exhortó a los miembros jóvenes de la Soka Gakkai a trabajar por la abolición de las armas nucleares. Su declaración contra las armas nucleares, hecha en 1957, ha sido la inspiración para las actividades de la SGI en favor de la paz.

 

 

Ikeda

 

Daisaku Ikeda es el actual presidente de la Soka Gakkai Internacional y territorios, y fundador de varias instituciones educativas, culturales y de investigación. Es un filósofo budista, escritor prolífico y poeta laureado, reconocido como uno de los mayores intérpretes del budismo, que ha extraído la infinita sabiduría de esta religión para ayudar a la humanidad a sobrepasar muchos de los problemas que enfrenta hoy en día.

 

 

Perfil

 

Daisaku Ikeda es un infatigable humanista, filósofo budista, literato y educador. En la actualidad preside la Soka Gakkai Internacional (SGI), una asociación que agrupa a más de doce millones de miembros en ciento ochenta y tres países que tiene como objetivo contribuir con el logro de la paz mundial y el bienestar de la sociedad mediante la promoción de la cultura, la educación y la oposición a la violencia.

 

Hijo menor de una familia de productores de algas marinas, nació el 2 de enero de 1928, en Tokio, Japón. Su vida fue forjada por recuerdos indelebles del tormento de la guerra. De sus cuatro hermanos que ingresaron al servicio militar, el mayor de ellos murió en acción. Estas experiencias, la angustia que sufriera la sociedad japonesa de la posguerra y su práctica de la filosofía budista han movido su vida en pos de los esfuerzos por arrancar de raíz las causas fundamentales que han dado pie a los conflictos entre los seres humanos.

 

En 1947, a los 19 años de edad, Ikeda se unió a la Soka Gakkai (Sociedad para la creación de valor) poco después de conocer a Josei Toda quien, posteriormente, llegó a ser su mentor y a representar  un papel decisivo en la definición del rumbo que tomó su vida.

 

Desde su juventud, Ikeda fue un ávido lector y empezó a componer poesía en su adolescencia. Su sed insaciable por aprender lo llevó a continuar su educación bajo la tutela de Josei Toda, quien no solo era un filósofo budista, sino también educador y editor. Ikeda también trabajó al lado de su mentor por más de una década para formar y desarrollar el movimiento de la Soka Gakkai para la paz, la cultura y la educación. Toda falleció en abril de 1958 e Ikeda lo sucedió, en mayo de 1960, como presidente de la Soka Gakkai, desde cuya posición ayudó a extender la organización alrededor del mundo. En enero de 1975, Ikeda pasó a ser presidente fundador de la Soka Gakkai Internacional. Daisaku Ikeda tiene dos hijos, Hiromasa y Takahiro y tiene su lugar de residencia en Tokio con su esposa, Kaneko.

 

 

Actividades por la paz

 

La SGI busca construir las bases para una cultura de paz. Sus publicaciones, exposiciones educativas y campañas dirigidas a la toma de conciencia, facilitan las oportunidades para el intercambio y el aprendizaje en este tema.

 

Los miembros de la Soka Gakkai en Japón han compilado 80 volúmenes de las experiencias de los tiempos de la Segunda Guerra Mundial y otros 20 volúmenes de testimonios de mujeres, con objeto de que las futuras generaciones no olviden la miseria de la guerra. Dichas colecciones en libros llevan los títulos de Gritos por la paz; Días brutales, noches brutales; La paz es nuestro deber y Las mujeres en contra de la guerra. El libro Gritos por la paz ya ha sido traducido al francés, alemán y rumano. Aquellos que colaboraron con estos textos pudieron haber mantenido sepultadas sus trágicas experiencias, sin embargo, han relatado sus historias con la esperanza de que ayuden a evitar que se repita la tragedia de la guerra.

 

En Japón, Nueva Zelanda e Italia, se han recolectados firmas haciendo un llamado por la abolición de las armas nucleares en apoyo de la campaña Abolición 2000. Esta iniciativa fue conducida por el Comité Preparatorio para la Revisión del Tratado de No Proliferación de armas de la Conferencia 2000 en Ginebra, Suiza. Por ejemplo, en Japón, los jóvenes miembros de la Soka Gakkai emprendieron una campaña nacional para recolectar firmas. Durante esta campaña realizada entre noviembre de 1997 y enero de 1998, se recolectaron 13.016.586 firmas que fueron entregadas al Comité Preparatorio.

 

Desde 1980, exposiciones como " Armas nucleares: una amenaza para la humanidad" han recorrido las principales ciudades del mundo. Esta exhibición hace un llamado a la creación de conciencia de la responsabilidad que tiene cada ciudadano de nuestro planeta de construir un mundo más humano y libre de armas, con objeto de proteger a las futuras generaciones. La muestra fue presentada por primera vez en las oficinas centrales de las Naciones Unidas en Nueva York en 1982, y desde entonces ha recorrido de forma itinerante ciudades como Caracas, Venezuela; Buenos Aires, Argentina y San José de Costa Rica; entre otras. Se estima que más de 1.2 millones de personas han presenciado la exposición.

 

En el Centro Taplow Court de la SGI del Reino Unido, se han llevado a cabo en forma regular, foros para la paz y los conflictos desde 1997, en asociación con la Red de Desarrollo para la Paz. Dichos foros, a los cuales concurren intelectuales, periodistas y trabajadores por el desarrollo, examinan métodos para la transformación de los conflictos y promueven una nueva escuela de "periodismo de paz". Aquí se alienta a los periodistas a que profundicen el análisis de las situaciones conflictivas y den mayor cobertura a las iniciativas de paz.

 

Los jóvenes miembros de la SGI de los Estados Unidos promueven la no-violencia a través de actividades como conciertos, festivales culturales, conferencias y talleres públicos. Esto forma parte de la campaña "Victoria sobre la Violencia", la cual comenzó en 1999 como iniciativa de los jóvenes en respuesta a la creciente preocupación por el incremento de la violencia juvenil. Posteriormente la campaña creció hasta convertirse en un programa nacional que ha ganado el apoyo y la participación de escuelas y otras organizaciones comunitarias. El énfasis primordial de la campaña está puesto en el valor del diálogo para la construcción de una cultura de paz, exhortando a los jóvenes a desarrollar la tolerancia, la confianza y la amistad entre sí, sin importar las diferencias étnicas, de religión, color de la piel o idioma.

 

 

Derechos Humanos

 

La filosofía de Nichiren apuntala las actividades de la SGI. La SGI, inspirada en la importancia del respeto hacia la santidad de la vida que sustenta la filosofía de Nichiren, promueve actividades enarbolando la conciencia de los derechos humanos, con el fin de despertar en los individuos el espíritu de reconocer, respetar y apreciar las diferencias, tanto como las semejanzas entre la gente. La exposición de la SGI "Hacia el Siglo del Humanismo: Una Visión General de los Derechos Humanos en el Mundo de Hoy", fue organizada en apoyo a la Década de la Educación en los Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

 

La exhibición es un compendio de la evolución de los derechos humanos y de los retos actuales para su consecución y se ha generado en los idiomas Inglés, Francés, Alemán, Italiano, Portugués, Español, Holandés y Japonés, siendo albergada en 30 países desde 1993.

 

La SGI-USA ha producido la exposición interactiva "Atesorando el Futuro: Derechos y Realidades de los Niños." La exposición trata sobre el portento de la juventud y expone los abusos de los derechos humanos que enfrentan los niños en los Estados Unidos de Norteamérica y en el mundo.

 

La exhibición está diseñada para que sea "amiga del niño", incluyendo, en la mitad inferior de cada panel, proyecciones ilustrativas para que los niños pueden activar con sus manos. La muestra ha viajado por varias ciudades de EE.UU. y se tiene programada su presentación en Camarillo, California, en un futuro cercano.

 

 

 

Programas Educativos

 

La SGI tiene sus raíces en la Soka Kyoiku Gakkai (Sociedad Educativa para la Creación de Valor), una sociedad con fines educativos. Es por ello que la educación es una tarea importante para la organización. El objetivo fundamental en los programas educativos de la SGI es posibilitar a toda la gente a cultivar su personalidad y disfrutar de vidas plenas y felices.

 

La División de Educadores de la Soka Gakkai en Japón ofrece, desde hace ya 30 años, servicios de asesoría educativa para padres, niños y maestros a lo largo del país. Entre los asuntos clave está el índice de deserción escolar.

 

La organización de la SGI en Singapur, ofrece cursos mensuales para la atención pública de asuntos como la vejez y la jubilación. El programa, que se conoce como "Programa Soka de Actividades y Educación al Día," comenzó en marzo de 1998 y aspira a proporcionar al anciano actividades significativas durante el día, de tal manera que adquieran las habilidades sociales que les permitan enriquecer sus vidas y hacer frente a la vejez.

 

En un esfuerzo para promover la alfabetización, miembros de la SGI-USA llevaron a cabo una campaña de recolección de libros para Sudáfrica entre 1993 y 1994: "Intercambio Amistoso a través del Conocimiento: Libros para África." La campaña se realizó en más de 50 ciudades en los Estados Unidos. Los libros recolectados se obsequiaron a dos universidades y tres ONG's en Sudáfrica. Por ejemplo, se obsequiaron más de 10,000 libros a la Cooperación Nacional de Alfabetización, una ONG que promueve la educación y la alfabetización en toda Sudáfrica.

 

También hay miembros de SGI apoyando a la UNICEF en la Isla Mauricio, llevando a cabo trabajo como voluntarios para entrenamiento en alfabetización.

 

Más de 60 escuelas en Brasil han adoptado el enfoque educativo del presidente fundador de Soka Gakkai, Tsunesaburo Makiguchi, el cual se basa en su teoría de la creación [de valor], y han reportado progresos en las relaciones de los hijos con sus padres así como en sus actitudes hacia la escuela. (Los programas: Puntos de Alfabetización y Proyecto Makiguchi en Acción, fueron iniciados por la División de Educadores de la Soka Gakkai de Brasil (BSG).

 

 

Intercambios Culturales

 

El respeto hacia la diversidad cultural es una tesis fundamental para la SGI. Buscamos promover el intercambio cultural con el objetivo de crear una sociedad internacional de mutuo entendimiento y armonía.

 

Las organizaciones de SGI alrededor del mundo, llevan a cabo festivales culturales y musicales en forma regular, con base en la convicción de que la cultura es capaz de comunicar los corazones de la gente.

 

Además, se llevan a cabo también, de manera regular, numerosos intercambios estudiantiles y juveniles, en un esfuerzo por construir la paz sobre la base de persona a persona. Algunas de estas actividades patrocinadas por la SGI incluyen intercambios entre China y Japón, así como Irlanda del Norte e Inglaterra.

 

 

Medio Ambiente

 

Con base en el concepto de la unidad de la vida y su ambiente, la SGI auspicia campañas para educar a la gente acerca de la necesidad de preservar y coexistir sensatamente con la biosfera de la Tierra.

 

El Centro de Investigación Ecológica del Amazonas de la SGI en Brasil, ha contribuido a la protección de la Cuenca del Río Amazonas. Dicho Centro estableció dos localidades en el Amazonas para la reforestación y el cultivo de la agricultura nativa. La primera, en la confluencia de los Ríos Negro y Solimoes, está cultivando actualmente 25,000 semilleros que representan más de 50 especies nativas.

 

La otra localidad es Nueva Aripuana, en donde se esta trabajando para transformar las áreas empobrecidas y de baja producción agrícola, en bosques rentables por medio de la introducción de avanzados procedimientos de administración hortícola. Además, también patrocina conferencias como la del Desarrollo Sustentable del Ambiente del Amazonas en 1997 y "La Amazonia en el Tercer Milenio: Cambio de Actitudes" en 1999 que se llevó a cabo en Manaus, Brasil.

 

Cada año, miles de miembros de la SGI de Corea y sus familias, toman parte en campañas para limpiar ríos, parques y áreas públicas en Seúl, Pusan, Kwangiu y otras regiones. Estas actividades derivaron de las campañas de coloquios ambientales que se desarrollaron durante la década de los 80's a partir de los esfuerzos por ayudar a la gente con la cosecha y el trasplante de arroz en las áreas rurales, que tuvieron lugar durante la década de los 70's.

 

La SGI es especialmente activa en los Estados Unidos, Australia, República Dominicana, y muchos países asiáticos como las Filipinas, Tailandia, Singapur, Malasia, Hong Kong y Corea, en lo que a la promoción del Carta de la Tierra se refiere. En estos países se llevan a cabo foros y seminarios públicos para promover el Carta de la Tierra como un estatuto de los pueblos, mismo que expresa los valores éticos que son necesarios para el desarrollo sustentable.

 

 

Carta de la SGI

 

Preámbulo

 

En ningún otro momento de la Historia, la humanidad se había visto tan oscilante entre la guerra y la paz, la pobreza y la abundancia, la igualdad y la discriminación, como lo estuvo en el siglo veinte.

 

Las armas nucleares, epítome del progreso de la tecnología y la industria militar han sido causa de matanzas en masa, aun cuando dichas armas representan una casi segura extinción de la especie humana. La producción y el consumo en gran escala, que caracterizan a la economía moderna, han determinado, por un lado, el surgimiento de países industrializados que disfrutan de una abundancia sin precedentes, y por otro, países en vía de desarrollo que se ven acosados por la pobreza aplastante y la indigencia.

Tampoco se vislumbra el fin de los conflictos humanos. En esta centuria, después de haber sufrido dos terribles guerras mundiales, la sociedad internacional finalmente ha tomado conciencia de su destino global aunque todavía, persiste la cruda realidad de la violencia étnica y la discriminación religiosa. Como si esto fuera poco, el egoísmo del hombre ha causado asimismo serios males al medio ambiente global. Frente a tales dilemas, una nube de incertidumbre parece extenderse sobre la suerte del género humano.

 

Nosotros, quienes representamos a las organizaciones que constituyen la SGI, tenemos plena convicción en que el budismo de Nichiren Daishonin es una filosofía que parte del reconocimiento de la dignidad del hombre y del valor universal de los derechos humanos, y que incentiva a los individuos a albergar misericordia por sus semejantes. Estamos convencidos de que la capacidad creadora del espíritu humano no sólo permite superar las innumerables crisis que afronta la humanidad sino que, además, contribuye a construir una sociedad pacífica y próspera fundada sobre los cimientos de una coexistencia armoniosa.

 

Aproximándonos al siglo XXI, nosotros, los miembros de la SGI, enarbolamos nuestra bandera como ciudadanos del mundo, y nos comprometemos solemnemente a resolver los problemas de orden global con espíritu de tolerancia, mediante el diálogo constante y la estricta observancia del espíritu de la "no-violencia". Al adoptar esta resolución en esta 20ª Asamblea General de la SGI, nos comprometemos a contribuir al avance de la sociedad humana.

 

 

 

Artículos

 

1. La SGI contribuirá con la paz, la cultura y la educación de toda la humanidad, basándose en el budismo que respeta la dignidad de la vida humana.

 

2. La SGI, como una organización conformada por ciudadanos del mundo, protegerá los derechos fundamentales del hombre sin establecer discriminación alguna.

 

3. La SGI respetará y protegerá la libertad de culto.

 

4. La SGI promoverá la comprensión del budismo de Nichiren Daishonin propiciando el intercambio entre las personas, para contribuir así a la felicidad de cada individuo.

 

5. Por medio de sus organizaciones afiliadas, la SGI alentará a sus miembros a ser buenos ciudadanos y a contribuir con la prosperidad de la sociedad.

 

6. La SGI respetará la independencia y la autonomía de sus organizaciones afiliadas según las condiciones prevalecientes en cada país.

 

7. Sobre la base del espíritu de tolerancia que caracteriza al Budismo, la SGI respetará a las demás religiones, dialogará con ellas y buscará su cooperación para resolver temas fundamentales que afectan a toda la humanidad.

 

8. La SGI respetará la diversidad de las culturas y promoverá su intercambio, creando así una comunidad internacional de mutuo entendimiento y armonía.

 

9. La SGI promoverá la protección de la naturaleza y el medio ambiente teniendo como base la idea sostenida por el budismo sobre la coexistencia simbiótica.

 

10. La SGI contribuirá con la educación, en lo que concierne a la búsqueda de la verdad, así como con el progreso del saber, para brindar a los individuos la posibilidad de desarrollarse y disfrutar de una vida satisfactoria y feliz.

 

 

Algunas de las instituciones fundadas por el Pte. Ikeda:

 


Universidad Soka de Japón

Universidad Soka de los Estados Unidos

Instituto Superior Soka para Señoritas

Escuela Soka de primera y segunda enseñanza básica y superior

Jardín de Infantes Soka

Asociación de Conciertos Min-On

 

Museo de Arte Fuji de Tokio

Centro Bostoniano de Investigaciones para el Siglo XXI

Centro Literario Víctor Hugo

Instituto de Filosofía Oriental

Instituto Toda de Investigación sobre la Paz Global

Mujeres por la Paz


 

 

Preguntas y respuestas

1) ¿Qué es más importante al invocar daimoku: calidad o cantidad?

 

  Un billete de cien pesos vale más que uno de diez. Esto, si se quiere, se relaciona con la «calidad». Naturalmente, la mayoría de la gente preferiría tener un billete de cien que uno de diez. En la fe, es muy importante dirigir una oración sincera y poderosa. ¡Pero, por supuesto, mucho mejor aún es tener muchos billetes de cien! Así que, en lo que concierne a la oración, cuentan tanto la cantidad como la calidad.

 

Practicamos el Budismo para poder ser felices. Entonces, lo importante es que a cada uno le quede un sentimiento de profunda satisfacción luego de invocar daimoku. No hay reglas ni recetas sobre la cantidad de horas que hay que dedicar a la oración. A veces es útil ponerse un objetivo diario, pero cuando uno está cansado o se está durmiendo, y no se entiende ni el daimoku que sale de sus labios, lo mejor es dejar ahí e irse a dormir. Con las fuerzas repuestas, uno podrá orar con mucha mayor energía y concentración a la mañana siguiente; esto es mucho más productivo. Cuando uno hace daimoku, es importante la postura alerta, sincera y concentrada; no está bien orar en forma dispersa o somnolienta.

Lo esencial es que nuestro propio daimoku nos deje satisfechos y con una sensación refrescante. Cuando uno fortalece esta vivencia día tras día, naturalmente encauza su vida en la dirección más positiva.

 

 

2) ¿Qué debe tener en cuenta para instalar el altar una persona que está por recibir Gohonzon?

 

El Gohonzon es la entidad de la vida de Nichiren Daishonin, el Buda Verdadero de los Últimos Días de la Ley. Recibirlo es como darle la bienvenida al Buda en su hogar, de modo que usted querrá ubicarlo en un lugar que sea el más apropiado para que se siente el Buda.

El altar budista o butsudan, es la casa del Gohonzon, la fuente de la felicidad y prosperidad para Ud. y su familia, de ahora en delante. Trate de adquirir (o construir) uno que sea la expresión adecuada de su sincero sentimiento hacia el Gohonzon. Sin embargo, no hay necesidad de que sea extravagante o gaste más de lo que sus medios le permitan. A medida que usted comprenda la grandiosidad del Gohonzon naturalmente querrá dignificar el lugar donde está consagrado. En lo que concierne a los accesorios del altar, por lo menos debe tener un florero para las ramas verdes, un quemador de incienso y un candelabro. Además, puede tener una campana, una copa para el agua y un plato para las ofrendas.

 

 

 

3) ¿Por qué ofrecemos al Gohonzon agua, hojas verdes, velas e incienso?

 

Las ofrendas al Gohonzon son una expresión importante de nuestra fe y no deben descuidarse. Lo más importante al hacer estos ofrecimientos es nuestro deseo de expresar nuestra gratitud al Gohonzon. Limpiar el altar y ofrecer agua fresca cada día, hacer ofrendas de ramas verdes  y fruta y encender las velas y quemar incienso mientras hacemos gongyo e invocamos daimoku, son todas ofrendas al Gohonzon y dignifican el lugar donde está consagrado.

El ofrecimiento del agua velas, incienso etc. representa la devoción a los Tres Tesoros: el Buda (Nichiren Daishonin), la Ley (Nam-myoho-renge-kyo) y el Sacerdote (Nikko Shonin). Uno puede utilizar ya sea un par de velas y dos floreros para el verde, o una vela y  un florero. La tríada de verde, velas e incienso tiene varios significados simbólicos, incluyendo las Tres Verdades, las Tres Propiedades y los Tres Potenciales inherentes a la naturaleza del Buda. En cuanto a las Tres Verdades, las velas simbolizan la verdad de la no-existencia; lo verde, la verdad de la existencia temporaria, y el incienso, la verdad del Camino Medio. En las Tres Propiedades el incienso representa la propiedad esencial de la vida del Buda, o la propiedad de la Ley; las velas la propiedad espiritual iluminada del Buda o la propiedad de la sabiduría; y lo verde representa la propiedad física iluminada del Buda, o la propiedad de la acción misericordiosa. En los Tres Potenciales inherentes a la naturaleza del Buda, el incienso representa la Budeidad; las velas, la sabiduría para percibirla, y lo verde, la capacidad para formar una relación con el medio ambiente que nos permita manifestarla.

La tradición del ofrecimiento de agua procede de la India, el lugar de nacimiento del Budismo. Como la India es un país caluroso, el agua fue considerada desde tiempos antiguos, como de gran valor, y era costumbre ofrecerla a los invitados. Más tarde llegó a ser ofrecida ante las tumbas y los altares budistas. En la Soka Gakkai, la copa de agua fresca es ofrendada al Gohonzon cotidianamente, antes del gongyo de la mañana, y retirada del altar antes del gongyo de la noche.

 

 

4) ¿Cuál es el significado particular de quemar incienso, y cómo debe usarse?

 

El incienso fue usado tradicionalmente para crear una atmósfera de pureza y fragancia frente al altar budista. El ofrecimiento de fragancias en presencia del Buda es mencionado frecuentemente en muchas escrituras budistas, incluyendo el Sutra del Loto. En la Soka Gakkai, quemamos el incienso frente al altar durante el gongyo de la mañana y de la noche como una expresión de sinceridad hacía el Gohonzon. La clase de incienso más comúnmente usado ahora, fue introducida durante el periodo Edo (1600-1868). Se usa de uno a tres palillos, dependiendo de la medida de su quemador. El palillo de incienso, en otras religiones o escuelas de budismo, se quema en una posición erguida pero es una tradición del budismo de Nichiren Daishonin el poner el palillo de incienso en forma horizontal, con el extremo encendido mirando hacia la izquierda. Esta posición es compatible con el objetivo de crear una atmósfera de tranquilidad delante del altar, y posee al menos dos simbolismos importantes: el primero tiene que ver con que nuestra práctica expresa paridad o igualdad con el Gohonzon: no oramos ni rogamos a un hipotético ser supremo sino a la propia esencia de nuestra vida; otro simbolismo podría ser que, al quemar incienso de manera vertical, cuando caen las cenizas de disgregan o esparcen, mientras que cuando lo quemamos de manera horizontal las cenizas quedan conformando un “colchón” de esas mismas cenizas y de cenizas anteriores. Este simbolismo se relaciona con la Ley de Causalidad, por la cual toda causa produce su efecto y no existe efecto que no provenga de una causa.

 

 

5) ¿Por qué se usan las ramas verdes en vez de flores u otras plantas?

 

Las flores son coloridas y agradables a la vista, pero pronto se marchitan y duran poco. Desde el punto de vista budista, representan la transitoriedad de todo fenómeno (Ley de Impermanencia) y por lo tanto, son juzgadas inapropiadas como ofrendas al Buda eterno cuya enseñanza conduce a todas las personas a la iluminación "por diez mil años y más". Las plantas ofrecidas ante el eterno y supremo Gohonzon deben expresar las virtudes de la eternidad y la pureza:  las ramas verdes, entonces, con su perpetua vitalidad, son más apropiadas. En Japón, se usa un arbusto de hojas verdes aromáticas llamado shikimi. Sin embargo, cualquier rama verde cumplirá este propósito.

 

 

6) ¿Cuál es el significado y el uso apropiado del juzu (rosario budista)? ¿Es necesario llevarlo consigo todo el tiempo?

 

La palabra japonesa juzu significa simplemente “un número de cuentas”. También son llamadas nenju. Nen significa meditar o tener en mente. Es decir, que cuando nos enfrentamos al Gohonzon, el juzu nos ayuda a tener en mente los Tres Tesoros. Nichikan Shonin declara en “Los Tres Mantos de esta Escuela” que el juzu es un implemento para ayudar a los mortales comunes en su práctica budista.

El juzu de la Soka Gakkai tiene 112 cuentas excluyendo las que están en las borlas. Estas 112 cuentas representan los 108 deseos mundanos más los cuatro Bodhisattvas de la Tierra (que simbolizan la fortaleza de trabajar, eternamente, por la felicidad de todos los hombres. Estos  Cuatro Bodhisattvas representan las Cuatro Virtudes de la vida del Buda: verdadero yo, eternidad, pureza y felicidad). También se dice que estas cuentas reproducen la imagen del cuerpo humano: las tres borlas de la derecha representan la cabeza y los brazos; las dos borlas de la izquierda serían las dos piernas. En el cruce de ambas cuentas, en el medio, se ubicaría el ombligo. Ello significa que, abrazando el Gohonzon y devocionándonos a  la invocación de Nam-myoho-renge-kyo podemos transformar nuestras ilusiones y sufrimientos desde el infinito pasado, tal como son, en alegría e iluminación. Cuando lo usamos, la parte con las tres borlas debe colocarse en el dedo mayor de la mano derecha, y la de las dos borlas en el dedo mayor de la mano izquierda, cruzados una vez, en el medio.

Las palmas unidas de las manos representan la fusión entre la realidad (nuestra vida) y la sabiduría  (la Ley Mística).

Los cinco dedos de cada mano en contacto serían la posesión mutua de los Diez Estados (ninguno de los Diez Estados existe en forma separada). Debemos tratar de evitar el frotar excesivamente las cuentas durante el gongyo y el daimoku.

Muchas personas llevan sus juzus todo el tiempo, pero no existe una regla fija y rigurosa sobre ello. Uno podría decir que es conveniente en el sentido de que teniéndolo, puede ayudar a elevar su conciencia, orgullo y sentido de responsabilidad como budista. Sin embargo, las circunstancias individuales difieren, y esto es algo que es mejor decidir caso por caso. Como en todo, lo importante es mantener la fe pura en el Gohonzon, y, sobre esa base, decidir qué hacer en cada situación.

 

 

7) ¿Cuál es el significado de tocar la campana?

 

El capitulo Ho (primero) del Sutra del Loto dice: “...dioses y dragones, seres humanos y no humanos, continuamente ofrendan perfume y música”. Hay una mención frecuente en el Sutra del Loto y otras escrituras budistas en cuanto a que la música también fue usada como una ofrenda al Buda.

Similarmente, tocar la campana durante el gongyo sirve para alabar al Buda Verdadero y elevar el corazón con su hermoso sonido. Por lo tanto no debe sonar desagradable, sino de una manera placentera. No hay necesidad de preocuparse demasiado por ello; sólo tenga en mente este punto fundamental. Si usted vive en un departamento o con otras personas, sea cuidadoso de no tocar la campana muy fuerte como para perturbarlos.

En suma, las cuentas del juzu, el altar, el incienso y los demás elementos forman parte del «ritual» y están sujetas a cambios, según la época y el lugar, etc. Lo que nunca cambiará es la naturaleza dual de nuestra práctica: para uno y para los demás. La práctica para uno es hacer daimoku y gongyo con fe, la práctica para los demás implica transmitir a otras personas la Ley Mística.