Tuesday, April 7, 2009

RESIGNARNOS O MANIFESTAR NUESTRA BENEVOLENCIA?

En la expresión "manifestar su benevolencia hacia los otros", los "otros" designa a los seres humanos en totalidad. Y en "Nacidos en una época confusa", nos preguntamos: por qué hemos nacido en esta vida con tantas dificultades y sufrimientos? Para llegar a ser discípulos de Nichiren, el Buda fundamental, y, al mismo tiempo creer en la ley de Nam myoho renge kio, practicarla y transmitirla en el mundo entero. Todas éstas son acciones de nuestro juramento.
Desde este punto de vista, estamos obligados a hacer frente a diferente tipo de problemas y a veces a grandes dificultades que son la manifestación del Karma que voluntariamente hemos elegido.
Y eso significa que por esta razón debamos resignarnos hasta el último día de nuestra vida?
Ciertamente no. Practicando sinceramente, participando en las actividades de la organización obtenemos una gran alegría y podemos de modo cierto, mostrar la preuba de la resolución de todos nuestros problemas.
Pero, sin embargo, estamos tan aferrados y acostumbrados a nuestra condición presente, como personas comunes, que el sufrimiento y la queja nos hacen olvidar nuestra verdadera entidad. Entonces, no podemos resolver nuestros problemas ni escapar a nuestra realidad. Pero, si pensamos: Yo decido remontar mis dificultades actuales para demostrar la enseñanza del Buda y transmitirla a otros", el coraje de avanzar, surge.
No ser más llevados por nuestro karma
Un día, un médico le anunció a una joven de la Soka Gakkai que tenía un principio de cáncer. Ella se preguntó entonces: por qué a mi?. Desesperanzada, siguió: Por qué una enfermedad tan terrible si estoy practicando? Incontables dudas aparecieron de golpe. Luego, reflexionando sobre su actitud y recitando daimoku muy sinceramente, pensó: "Si tengo una misión, tengo que curarme".
En un primer momento, y gracias a una intervención quirúrgica, su mal fue curado. Pero más tarde, la enfermedad reapareció. Su corazón fue azotado por olas de profundo sufrimiento. Entonces, recitando daimoku ella encontró su verdadera creencia, venció la enfermedad y retomó su lugar en la sociedad.
Actualmente, con su salud recuperada, entrena a un gran número de jóvenes y las alienta con todo su corazón. Las jóvenes aprecian mucho su dulzura, su gentileza y su sólido carácter.
Con una actitud de vida tal, podemos obtener una felicidad absoluta y actuar de modo de no ser jamás dirigidos por nuestro karma. •

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