Wednesday, July 8, 2009

LO IMPORTANTE ES EL CORAZON

En el Gosho “Una respuesta a Shijo Kingo”: Nichiren Daishonin manifiesta: “La fe es lo único que en realidad importa”.1 Para la fe lo primordial es la postura del ichinen (decisión). No debemos olvidar que obtener o no beneficios, tener o no una rebosante fuerza vital, poder o no transformar nuestra vida, no depende de nadie, sino de nuestra fe, de la postura de nuestro ichinen.

Nichiren Daishonin afirma: “Que su deseo se cumpla o no sólo depende de su fe. El hecho de que no se concrete no depende de Nichiren”.2 Los resultados en la práctica de este Budismo no radican solo en el hecho de practicar la fe, ya que la firmeza o debilidad de nuestra decisión, son fundamentales.

El Presidente Ikeda ha expresado: “Por más que uno invoque un millón de Daimoku, si abriga dudas o lo hace por pura formalidad, no elevará su estado de vida. En cambio, si determina por sí mismo y entona Daimoku con un objetivo, sin falta, las circunstancias de su vida se transformarán”.

Respecto de la postura del ichinen, también el presidente de la SGI expresó: “La fe es lo que nos permite tomar las cosas con alegría y con la fuerte convicción de que, pase lo que pase, las cosas serán para mejor, para nuestro bien y nos permitirán transformar el veneno en medicina. Esa manera de tomar las cosas, ese sutil cambio en la dirección del ichinen, del corazón, influirán enormemente en la dicha o en la propia desdicha de uno. Y ya que, de todos modos, la vida debe transcurrir, seremos más felices tomando las cosas en sentido positivo y con alegría. Ese fuerte jovial ichinen es lo que nos permite concretar, de manera más rápida, la transformación de nuestro destino”.

Los beneficios de realizar el gonguio, el Daimoku y las actividades se manifestarán de manera diferente, según el ichinen de cada persona.

Tomemos como ejemplo el conducir un automóvil: si uno coloca la palanca de cambios en primera, el automóvil avanzará; pero si ésta queda en (neutro) punto muerto, por más que uno pise el acelerador, el motor se pondrá en marcha, pero el auto no se moverá. A su vez, cuando por equivocación, uno coloca la marcha atrás y pisa el acelerador, el auto retrocederá, y es posible que pudiéramos provocar un accidente. La práctica de la fe funciona similarmente a este ejemplo. Si uno piensa que las cosas vendrán de afuera, los esfuerzos serán en vano.

Entonces, ¿qué vamos a hacer de ahora en adelante, con miras al futuro? Cuando asumamos decisiones y establezcamos objetivos concretos, con un ichinen positivo, sin falta podremos avanzar, desarrollarnos y obtener grandes beneficios.

Por otro lado, si nuestra fe ha caído en la inercia y pensamos: “ya algo saldrá” o “algún resultado tendré”, o, peor aún, si nuestra práctica se ha vuelto “mecánica” y la realizamos por compromiso, aunque nos esforcemos, no obtendremos resultados, ya que nuestro corazón, nuestra decisión, en otras palabras, nuestra motivación interna ha bajado los brazos (se ha dejado vencer) y por lo tanto, no puede producir ninguna transformación.

Así, comenzaremos a sentir que todo es un peso y terminaremos dudando de nuestra fe y del Gojonzon. Por eso, en la práctica de la fe es importante mantener un ichinen fuerte y positivo. Es cierto que nadie puede medir la fe de nadie, sin embargo si uno pudiera “medir” la intensidad de su fe debería reflexionar sobre dos aspectos: su alegría de practicar y su agradecimiento al Gojonzon por todo lo que hemos obtenido de la práctica, sin importar lo positivo y lo negativo, debido a que en el análisis final todo es positivo ya que aún los sufrimientos y las dificultades nos permiten transformar nuestro karma y convertir la adversidad en fuente de avance y desarrollo para nuestra vida a través de nuestra propia revolución humana.

Existen situaciones como cuando uno está sufriendo y se halla en un callejón sin salida; muchas veces se debe a que uno está buscando las soluciones afuera o está practicando con la duda de que nada va a cambiar. Esto es la acción de las funciones negativas en nuestra vida. Por ello, al transformar nuestra postura, nuestra actitud, en un sentido positivo, comienza el avance, comenzamos a ver los resultados.

Si uno tiene la constancia de reconfirmar los objetivos en forma concreta y clara, y se plantea seriamente: “¿qué cosa quiero lograr?”, “¿cuándo quiero lograrlo?” y “¿cómo lo voy a concretar?”, sin falta llegaremos a la meta fijada.

El presidente Ikeda siempre nos alienta: “La Ley Mística lo transforma todo; los resultados negativos se tornan positivos; éste es el principio místico que convierte el 'veneno en medicina' .No es necesario preocuparse por su vida pasada ni por el karma. Desde la situación actual, lo importante es tomarlo todo en forma positiva y vivir basados en una fe firme. La verdadera postura de la fe es aquella del que se levanta más allá de su karma pasado y erige una sólida existencia victoriosa. Por más que uno teorice sobre su karma, es necesario que sepan que es millones de veces más valioso orar con coraje al Gojonzon, que posee un gran poder benéfico”.

Por lo tanto, resignarse ante un gran sufrimiento y lamentarse diciendo “es que mi karma es muy pesado”, o darse por vencido y pensar: “qué le vamos a hacer”, así jamás podremos transformar nuestro destino. No importa el pasado, lo esencial es qué vamos a hacer a partir de ahora. Vivamos con firmeza, de manera positiva y con convicción en el futuro.

Recordemos que la base de todo reside en nuestra práctica diaria, en nuestros esfuerzos por hablar con las demás personas sobre el Budismo del Daishonin. Y hablando sobre nuestra práctica diaria en la Nueva Revolución Humana, el Presidente Ikeda dice:

“Tanto en el Judo como en el Kendo, dos artes marciales muy conocidas; existen sus fundamentos respectivamente. El fundamento de nuestra práctica de la fe para ser feliz, está en la práctica del Gonguio. Similarmente, ya sea que a corto plazo no sea posible distinguir la diferencia que existe entre una persona que hace el Gonguio y Daimoku diario con sinceridad y otra persona que realiza esta práctica superficialmente, después de tres, cinco o siete años se percibirá notablemente una gran diferencia entre ellas. De la misma forma con relación a la transformación del karma o también nuestra revolución humana, la fuente de todo está solamente en el Gonguio y el Daimoku. Es por esa razón que Nichiren Daishonin dice: “Fortalezca fuertemente su práctica de la fe puliendo su espejo incesantemente día y noche. ¿Cómo pulirlo? No existe otro modo que dedicarse a la práctica de Nam Miojo Rengue Kio”. 3 Aún más, la actitud de una persona al realizar su Gonguio refleja su modo de vida. Aquel que realiza su Gonguio sin ninguna vibración, pose una energía vital debilitada. La persona que realiza su Gonguio como una obligación tiene dificultad para obtener la alegría de la práctica de la fe. Hagamos todos un gonguio refrescante desbordante de armonía y ritmo envolvente tal cual un corcel blanco que galopa por el firmamento. De esta forma con una oración determinante vamos a proponernos y a la vez desafiarnos en la realización diaria de un vigoroso Gonguio capaz de movilizar al gran Universo”.

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